Monday, October 11, 2010

Por qué es mucho más probable que existan alienígenas inteligentes a que exista el Dios bíblico.


En una "competencia de existencia", ¿quién es merecedor de las mayores probabilidades estadísticas de existir: el terrible y omnipotente Dios abrahámico, o una especie alienígena inteligente con la cual resulte que compartimos el Universo?...

Una pregunta capciosa, pero si se piensa un poco, de obvia respuesta.


La aplastante mayoría de las personas con las que compartimos el planeta están convencidas de la existencia de Dios.

¿A qué le llama cada una de ésas personas "Dios"?... Puede ser ambiguo, ya que, mientras para algunos "Dios" puede ser poco más que una idea abstracta que simbolice todo aquéllo que desconocemos en el Universo; como puede ser un ente inteligente y "diseñador" que un buen día creó todo cuanto hay a nuestro alrededor y luego desapareció... o puede ser el celoso, iracundo y, en cierto modo, ultrahumano "Dios" de los textos bíblicos.
La verdad es que la mayoría de los creyentes no se molestan en pensar cuál es el Dios en el que creen... ¡Y hay que ver cuán enormemente distintos serían estos tres tipos de entes!


En fin. La Tierra hoy en día está habitada, en su vasta mayoría, por creyentes. Muchos no tienen bien claro ni en qué creen, pero creyentes a fin de cuentas. Gente capaz de pararse a discutir acaloradamente contigo si te atreves a cuestionar su idea de que ése padre enojón al que pintan en la Biblia sea real... o cualquier cosa parecida a lo real.


Por otro lado, tenemos a la vida alienígena inteligente; otra piedra importante del imaginario colectivo de muchos pueblos. ¡La idea de la vida inteligente en el espacio exterior es fascinante!... Y ésto no resulta excluyente, en ningún modo, con la creencia en un Dios. Hay muchos creyentes en Dios que afirmarían creer también que existen ésos alienígenas... Creyentes que afirmarían que tal cosa como "vida inteligente y no-humana" no puede existir en el Universo (hey, ¿dónde diablos quedaría nuestra exclusividad como creación suprema del Creador Supremo entonces?)... O también hay ateos que creerían en la existencia de dichos alienígenas... Así como ateos que los etiquetarían en el mismo saco fantasioso que el Dios bíblico, Santa Claus y el Ratoncito Pérez.

En éste Post, temo decirlo, no me dirijo a los creyentes religiosos (lo siento, creyentes religiosos, no ésta vez), porque ya sabemos que ellos, en su mayoría, se creen cualquier cosa siempre y cuando haya sido pergeñada en algún "Texto Sagrado". Así que lo mismo da si ellos creen en el Dios abrahámico, en los alienígenas o en el Hada Azul. Es igual. Ellos pueden creerse cualquier cosa porque no están valiéndose de la lógica ni de la realidad para demostrar o refutar la existencia de cosa alguna.


No, en éste artículo voy a dirigirme a los no-creyentes. Pero tengo buenas noticias: para mí, y para efectos de éste texto, cualquier persona que crea sinceramente que el Dios bíblico no puede existir como tal (no como ente humanizado, lleno de sentimientos humanos e interventor directo en la Tierra), pero que consuele su necesidad espiritual al creer en un "ente misterioso" y sobrenatural que no puede ser revelado por medio de ninguna Religión ni ningún texto (no puedo poner éstos dos puntos en suficientes "negritas": son importantes), también será tomado dentro de la categoría de "no-creyente". ¿Por qué?... Porque, sorpresa, ésto será una sorpresa para todos aquéllos que crean en éste tipo de "Dios": su "Dios" no cumple en realidad con las características de un dios personal, sino que se limita a ser cualquier cosa que podría ser el Universo en conjunto: causa última, abismo de lo desconocido, o quizá un "alguien" a quien nos podemos dirigir alucinógenamente en momentos de angustia, pero que no por ello tenga que demostrar su existencia tangible.

Ahora bien, entremos al punto clave. Un no-creyente, dentro de su no-creencia, puede caer en la saludable idea de que, así como el Dios "personal" abrahámico no puede existir, asimismo la vida inteligente en el espacio exterior tampoco. Simplemente, porque no hay pruebas específicas.


Tal vez estén tentados a creer éso por razones parecidas a aquéllas por las cuales no creen en el Dios bíblico: sencillamente, porque hasta ahora no tenemos pruebas contundentes de su existencia, y como ha dicho sabiamente cualquier librepensador desde Russell, la responsabilidad de la prueba recae en quien afirma que algo "" existe, pues es ridículo pretender que sea la persona que dice que algo "no" existe, quien sea responsable de "refutar su existencia". La única postura intelectualmente honesta en éste caso, es la de partir de que algo no existe sino hasta que sea demostrada, de forma contundente, su existencia.

Aquí entra una brillante idea que me viene del estupendo libro de Richard Dawkins, "El Espejismo de Dios", que estoy teniendo el placer inmenso de leer en éstos días: el hecho de que no estemos absolutamente seguros de si Dios existe o no (o los alienígenas inteligentes, para el caso), no significa en automático que las posibilidades sean de 50/50. En éste estupendo libro, Dawkins destroza una por una las "pruebas" que se nos han dado toda la vida a favor de la existencia de Dios, desde el relojero hasta la apuesta de Pascal; desde el motor inmóvil hasta la infantil falacia de San Anselmo. Concluye su razonamiento admitiendo que, si bien la creencia en Dios siempre será (desafortunadamente) un asunto de "fe" y no de "razón", y debemos admitir que en el último de los casos no sabemos si en el mundo existe algún ente digno de llamarse "Dios", éso no significa que las probabilidades de que el Dios bíblico exista sean grandes, o que sean iguales a las probabilidades de que no exista. De hecho, como él mismo lo explica, las probabilidades son irrisoriamente pequeñas.

Si alguien quiere enterarse con detalle de por qué esas posibilidades son tan pequeñas, más le valdrá remitirse directamente al libro - no se va a arrepentir, promesa mía -, porque aquí no es la ocasión para enumerarlas todas. Cualquier librepensador experimentado ya está familiarizado con las razones por las que el Dios bíblico es tan improbable (contradicciones, características mutuamente excluyentes, falacias, etc.)


Aquí voy a enumerar muy someramente ésas razones por las que, lo más probable es que Dios, el Dios bíblico, no exista - sólo que yo voy a intentar un ejercicio complementario. A la vez que repasamos éstas razones, voy a alinearlas junto con las razones por las que es mucho, muchísimo más probable que exista vida inteligente fuera de la Tierra, a que exista el mismo Dios a quien supuestamente se le atribuye la creación de la misma.

Que quede claro que todo el tiempo hablaré de posibilidades: ésto es una guerra de posibilidades. Las posibilidades del Dios bíblico vs. Las posibilidades de los alienígenas inteligentes.

Y es que ya lo dijo Hawking (ojo, no confundir con Dawkins): no nos conviene siquiera andar intentando averiguar si existe la vida inteligente fuera de la Tierra - las posibilidades son altas de que , y bastamos nosotros mismos para muestra de cómo esa inteligencia puede ser usada para lo peor. No necesito sospechar que si lo dice Stephen Hawking, es porque probablemente la vida inteligente fuera de nuestro planeta existe. Es sólo cuestión de mantenernos lejos de Jaime Maussan, si es que queremos pensar en algo serio.


¿Por qué es más probable que exista la vida alienígena inteligente, a que exista Dios?

  • Porque, bueno, antes que nada, por simples matemáticas. Se ha señalado con toda razón que la existencia de vida en la Tierra es un fenómeno extraordinario. La vida como nosotros la conocemos tiene exigencias absurdamente elevadas. Se requiere cierta atmósfera, ciertas temperaturas, ciertos elementos, ciertos átomos, cierta distancia de la estrella central. Para cada planeta individual, las posibilidades de soportar vida, y no sólo eso, sino vida que evolucione como lo hace la de aquí, simulando un proceso de diseño, son ínfimamente pequeñitas. Casi tan pequeñas como para afirmar que no sucederán nunca en ningún otro lugar.
... casi. Pero ahora viene la pregunta: ¿de qué tamaño es nuestra muestra de probabilidades?... ¡¡Nuestra muestra estadística es infinita!!... Podríamos tropezar con doscientos millones de planetas en donde no es posible la vida inteligente. Pero si ya dimos con doscientos millones, podemos pasar a los doscientos siguientes, y luego a los siguientes, hasta que recordemos que del Universo no hay fronteras conocidas.
Cuando una muestra estadística es infinita, ten por seguro que puedes encontrar un mismo resultado improbable repetido dos o más veces.


En cambio, ¿cuántas oportunidades probabilísticas tiene Dios de existir?... Una. O lo hay en éste Universo, o no lo hay. Y dado que se le atribuyen características contradictorias, como por ejemplo la voluntad propia y la omnisciencia (si tiene voluntad de tomar decisiones, es porque no lo sabe todo. Si lo sabe todo, no hay decisiones posibles para él); o como la omnisciencia y la omnipotencia (si es omnisciente conoce el futuro, si lo conoce no puede cambiarlo, o dejaría de ser el futuro, si no puede cambiarlo entonces no es omnipotente; si es omnipotente entonces no conoce el futuro, si no conoce el futuro entonces no es omnisciente), o como la perfección y la creación de una cosa imperfecta (nosotros los humanos); o simplemente, como la bondad extrema y la permisividad para con el mal inacabable del ser humano, su más perfecta creación. O sea que, dicho bien claro, Dios Bíblico sólo tiene una oportunidad probabilística de existir, y la desperdicia magistralmente.

  • Porque no necesariamente tienen características mutuamente excluyentes. Dios las tiene por montones. Ya mencioné algunas en el párrafo anterior. Nosotros no tenemos, hasta ahora, pruebas de que existan los alienígenas inteligentes; pero éso no quiere decir que los alienígenas inteligentes tendrían características que los hacen incompatibles con la existencia. A lo mejor tienen tres ojos, ¿y qué?... así evolucionaron dentro de su propia versión de la selección natural. O tienen ruedas en lugar de pies, ¿por qué diablos no?... El hecho de que nunca hayamos visto a un alienígena inteligente, y que por lo tanto hasta el día de hoy ésos alienígenas sólo formen parte de nuestras fantasías folklóricas, no hace que los alienígenas no puedan existir. No hace que tengan características mutuamente excluyentes... como las que sí tiene el Dios bíblico. Y tiene bastantes. Por ejemplo, una sencillita: ¿por qué un Dios que es perfecto puede haber tenido la necesidad o el deseo de crear el mundo?... Sólo un ser imperfecto puede tener necesidades o deseos. Si Dios los tiene, entonces no es perfecto.
¡Pero un alienígena inteligente no necesita crear nada!... Y no tiene por qué tener características incompatibles en un mismo ser.


  • Porque, igual que con los unicornios, su existencia no puede ser "negada". Muchos creyentes ingenuos todavía utilizan, al cabrearse, frases parecidas a ésta: "¡A ver, tonto ateo, demuéstrame que Dios no existe!". Éso es un absurdo, un razonamiento erróneo. A no ser de que un ente tenga características mutuamente excluyentes (como el Dios bíblico, irónicamente), su existencia es imposible de "refutar". No se puede demostrar que algo "no" existe. La lógica entera de ésa frase es incorrecta. Quien afirma que una cosa existe, es quien tiene la responsabilidad de aportar pruebas de su existencia - ¡no al contrario!... ¿Cómo podría yo negar la existencia de los unicornios?... Puedo negarla a priori porque nunca he visto uno, ni nadie ha visto uno jamás sobre la Tierra, pero no puedo negarla de manera definitiva a posteriori porque éso me exigiría navegar por cada rincón del Universo para asegurarme de que en ningún planeta remoto hay unicornios. Y no puedo hacer éso.
El hecho de que yo no pueda "refutar" la existencia de las hadas mágicas, no hace que las hadas mágicas existan. Tampoco, claro está, hace que no existan. Pero las probabilidades definitivamente no son del 50/50. Son muchísimo menores.

Mientras los alienígenas ingeligentes se cuiden muy bien de no portar características que sean mutuamente excluyentes, nadie puede "negar" su existencia de manera definitiva. Pero Dios, al menos el Dios bíblico, sí tiene características mutuamente excluyentes. Por lo tanto, la existencia del Dios abrahámico sí puede ser negada, con excelentes probabilidades.


  • Porque Dios sólo tiene de su lado los cinco mediocres argumentos de Santo Tomás, mientras que nuestros amigos alienígenas no tienen ninguna necesidad de tales "argumentos". Si el dios bíblico existiera, sobrarían las pruebas de su existencia. Como no sobran, los teólogos de todos los tiempos han tenido que elaborar las más disímbolas maromas mentales para intentar "demostrar que Dios existe". Las más socorridas son las cinco pruebas de Santo Tomás. Éstas pruebas tratan de demostrar a un Dios, y con algo de suerte al Dios bíblico, pero fallan miserablemente. Los alienígenas inteligentes ni siquiera necesitan sujetarse a ellas.
Afortunadamente no vamos a necesitar mucho espacio con las primeras tres, porque dicen más o menos lo mismo: 1) Todo tiene un motor, que causa su movimiento, y éso a su vez tiene un motor, y éso a su vez tiene otro, hasta que "por fuerza" llegamos a un último motor inamovido, al que llamamos Dios. 2) Todo tiene una causa, y éso a su vez tiene una causa, ídem ídem hasta que llegamos ídem a la que llamamos Dios. 3) Si nos vamos hacia atrás en el tiempo, hubo un tiempo anterior, y uno anterior a ése, ídem ídem hasta que llegamos al punto último, en el que sólo había "Dios antes del tiempo".
Tres argumentos sumamente débiles porque, si bien reconocen la necesidad de un fin, un "hasta aquí", un ya no más en toda cuenta regresiva, nada de éso nos lleva a concluir que el motor inmóvil tenga que ser el Dios bíblico. ¿Por qué no un escarabajo gigante o un espagueti volador?... Es más, hay una solución todavía más lógica: ¿por qué no atribuirle todas ésas características últimas al Universo en su conjunto, en sus orígenes, sin necesidad de ningún ente sobrenatural?... Los alienígenas, en cambio, no tienen que sujetarse a ser el motor de nada ni la causa de nada.




El cuarto argumento, visto detenidamente, es bastante tonto - el argumento de los Grados, que indica que todo lo que el hombre mide tiene un comparativo; y las características como perfección, belleza y sabiduría deberán tener un grado máximo, incomparable, al que llamamos "Dios". En su libro, Dawkins sólo se limita a comentar, de manera hilarante, que el argumento funciona idénticamente si en lugar de "perfección", mejor buscamos un grado máximo de "hediondez" y "canallería" y lo llamamos "Dios". Los alienígenas, en cambio, no tienen por qué representar el máximo grado de nada. Así que pueden respirar aliviados frente a Santo Tomás.

El quinto argumento es el único que más o menos da buena pelea, y que todavía en nuestros días resulta relativamente difícil de destruir en la cara de un creyente. Es el argumento del "diseño", que simplemente asume, sin más, que todo lo que vemos a nuestro alrededor parece diseñado y, por lo tanto, lo es. No voy a ahondar en ésto porque para efectos de nuestro texto actual, es un argumento inútil. Darwin descubrió el funcionamiento de la Selección Natural, que actúa exactamente igual que un "diseñador". Es un diseñador natural, sin necesidad de báculo ni barba blanca. Además, el argumento asume primero que el Universo es caótico ("¿podría formarse acaso un reloj, espontáneamente, a partir de simples desperdicios tirados en un bosque?"), y luego que el Universo es ordenado ("mira a tu alrededor, ¡¡ésto tuvo que ser el diseño de alguien!!"), por lo que resulta incoherente. Ése "orden" tan meticuloso simplemente se le podría atribuir directamente al Universo, sin necesidad de dioses. Y como los alienígenas, presumiblemente, van a estar sujetos a un diseño parecido a su propia Selección Natural, una vez más no tienen que preocuparse por Tomás. (¡verso!)

  • Porque la Omnisciencia y la Omnipotencia son dos características mutuamente incompatibles. Ya se mencionó. Los alienígenas no tienen por qué ser ni una cosa ni la otra, así que van sobrados y libres de características imposibles que pongan en entredicho su existencia.
  • Porque ellos pueden ser sobrehumanos, sin necesidad de ser sobrenaturales. Cualquiera que use por un momento la lógica puede notar la diferencia abismal entre ambas palabras. Lo sobrehumano es simplemente "más allá de lo humano" y puede existir en la Naturaleza (un oso, sin lugar a dudas, posee una fuerza "sobrehumana"), mientras que lo sobrenatural viola directamente las leyes de la Naturaleza y por lo tanto, no puede existir. Mientras que los creyentes asumen que Dios es ambas cosas - sobrehumano y también sobrenatural, contra toda ley -... ¡los alienígenas pueden ser sólo una de ellas, la única que no pone en entredicho su existencia: sobrehumanos!

(No tiene nada qué ver, pero parece un alienígena)

Finalmente cabe preguntarnos si algún día conoceremos a ésos posiblemente simpáticos - posiblemente no - alienígenas inteligentes, y si acaso, cuando ése momento llegue, la raza humana no dará una vez más muestras de su perpetua idiotez al querer verlos como dioses - personales y sobrenaturales.

Saturday, April 17, 2010

Pederastia: porque la culpa es de los gays, de la tele, del Internet, de las matatenas y de Santoclós.


Terrible escándalo envuelve a la Iglesia Católica en éstos días conforme, gracias a la manera en que circula hoy la información en el mundo, se descubren con inclemente velocidad sus puercos encubrimientos y su puerca negligencia con respecto a miles de crímenes sexuales, cometidos por sacerdotes.

Y claro, la culpa es de todos los demás; la tele. Los medios. Los niños seductores, diría el Obispo de Tenerife - miren, no sé, pero aquí entre nos, si yo fuera una niña chica y sobre-erotizada, creo que la última persona a quien se me ocurriría ir a tirarle los perros sería al padrecito del confesionario. NO, sacerdotes, lo siento, pero ustedes generalmente no son sexys.
O la culpa quizá la tengan los koalas, por qué no, como afirma ya un grupo de Facebook.
O Santa Claus.
¡¡O los libros de Harry Potter!!...

La tele siempre ha sido la gran favorita como receptora de culpas. Al internet también se le cuelgan culpas idénticas, como si el internet por sí mismo te lanzara hentai en la cara. Es por ello que ni tardo ni perezoso, el obispo de San Cristóbal de las Casas suelta ésta pedorrez:



“Erotismo dificulta respetar a niños”


En la 89 asamblea de la CEM, el obispo de San Cristóbal de las Casas dijo que no es fácil mantenerse fiel, tanto en el celibato como en el cuidado de los infantes, por la invasión de contenidos sexuales.

Cuautitlán Izcalli.- El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, afirmó que “ante tanta invasión de erotismo no es fácil mantenerse fiel tanto en el celibato como en el respeto a los niños” y señaló que con el uso de internet, donde circula la pornografía, es difícil que los curas y cualquier persona se mantengan célibes y fieles.

En conferencia de prensa dentro de la 89 Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Arizmendi Esquivel también consideró que los libros de texto de la SEP favorecen al libertinaje sexual, porque sólo proporcionan información genital y no moral.

Y obviamente, dijo, “cuando hay un libertinaje sexual generalizado es más común que haya casos de pederastia no sólo clerical, la hay en muchos casos de la propia familia, hay muchos casos en las escuelas y otros ambientes”.

Aclaró que “cuando hablamos de libertinaje sexual generalizado que tenga que ver con la pederastia no es que queramos culpar a la sociedad o queramos quitarnos las culpas que podamos tener (no para nada), sino reconocer la liberalidad sexual del mundo en general que ha disminuido las fuerzas morales con las que tratamos de educar a los jóvenes en los seminarios. Ante tanta invasión de erotismo no es fácil mantenerse fiel tanto en el celibato como en el respeto a los niños”.

En los seminarios, agregó, “nos esforzamos en formar de acuerdo con el Evangelio, a la ciencias la psicología, pedagogía… pero cuando están tan invadidos por internet, donde hay de todo, es muy difícil que alguien se sustraiga a este ambiente tan erotizado y se vayan disminuyendo los controles morales que tratamos de dar, no sólo a los seminarios y sacerdotes, no sólo a la sociedad”.

En la preparación de los seminaristas, señaló, se intenta responder a los graves problemas que se presenten, pero el “medio ambiente no ayuda, debemos formar de una manera más profunda ante este ambiente contrario a la castidad y el celibato.

“Es muy difícil para un sacerdote mantenerse casto y célibe cuando hay tanto incentivo en sentido contrario, no queremos rehuir nuestra responsabilidad pero hay que ver que toda la sociedad tiene que revisarse.”

Porque este problema de la pederastia clerical, aseguró, tiene que ser una llamada de atención a la sociedad, porque “en internet hay tanta pornografía que difícilmente alguien se puede mantener casto y puro, no sólo el sacerdote, sino también en el matrimonio es difícil mantenerse casto para todo ser humano (¿huuuuuuuuh? ¿En el matrimonio? ¿No que ahí sí se podía y todo?). Por eso se exige darle mayor importancia a la formación integral sexual”.

Al ser cuestionado sobre si se requieren cambios en los libros de la SEP, indicó que se ha insistido en una educación integral sexual, “hemos estado contra la sola información genital que tiene la mayoría de libros de texto oficiales”.

La SEP, dijo, “sólo da información sexual genital, esto propicia un ambiente de que la persona al saber más como hacer y dejar de hacer y sus consecuencias obviamente se crea un mecanismo de libertinaje sexual, se favorece éste, no que lo esté propiciando directamente, pero se favorece un ambiente porque no hay una educación moral en los libros de texto”. Insistimos, añadió, en que la educación se dé con formación en valores.

Por eso “vamos a insistir en la educación desde los seminarios y en colegios católicos” y “ojalá que los medios y el cine ayudaran a la educación sexual y no a una degradación sexual erótica, todos tenemos responsabilidad en la degradación sexual. Nosotros asumimos la nuestra”.

A los obispos, enfatizó, les preocupa la educación en los seminarios y por eso el próximo año en la asamblea de abril ése será el tema central.

El vocero del Episcopado Mexicano, Víctor René Rodríguez, afirmó que los expedientes de los sacerdotes pederastas no se pueden entregar a las autoridades porque éstos se van directamente a Roma, sin embargo, las autoridades civiles sí tienen un registro, porque los afectados han levantado sus denuncias.

Y estos registros no le corresponde tenerlos ala CEM, sino a las autoridades civiles.

Por un lado, el artículo me levanta la autoestima, porque si la consecuencia lógica de estar expuesto a los medios de comunicación es querer ir a meter mano en un niño; yo que jamás lo he hecho, ¡¡debo ser un gran ejemplo de virtud!!...

Como dice ésa nueva canción de Mago de Oz, al parecer "ser gay es pecado; violar a un crío, no".





Porque claro, tuvimos también a Bertone lanzando una memez más:



Alto jerarca de Vaticano vincula homosexualidad con pedofilia

“Éste es el problema”: secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

Notimex
Publicado: 12/04/2010 15:41

Santiago. El secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, vinculó hoy aquí a la pedofilia con la homosexualidad y aseguró que aquella supuesta relación ya fue demostrada por estudios de sicólogos y siquiatras.

Bertone dijo a periodistas que “muchos sicólogos, muchos siquiatras, han demostrado que no hay relación entre celibato y pedofilia, pero muchos otros han demostrado, y me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia”.



Igual que con la famosa falacia del pez rojo: "Ummmm, no bueno, es que la culpa es dee.... es deeeee..... de los homosexuales, sí, del pez rojo, ¡¡todos sigan al pez rojo!!"

La Diosa de los Ateos afirma: sí, sin lugar a dudas, Bertone, todo es culpa de los gays, por supuesto; y ésos muchos "sicólogos y siquiatras" que te suministraron tan valiosa información eran sin duda pitufos, hombrecillos verdes que habitan en tu refrigerador, o tal vez... ¡¡chimpancés con títulos universitarios!!...

Ése hombre tiene ya una lista abrumadora de cosas qué demostrar, y por su propio prestigio ojalá que las demuestre pronto. Quisiera ver, me muero de ganas de ver tales "estudios". Que más que estudios yo diría que son mugres secas, sin lugar a dudas.




¿Saben qué es lo más triste del caso?... La Iglesia jamás va a cambiar, ninguna cantidad de escándalos logrará doblegarla, tal vez procedan a soltar uno que otro millón de billetes verdes a alguno de los niños violados y listo, a darle vuelo a la sotana. A la sotana, que no a la zutana, porque por alguna razón ellos parecen preferir niñitos y niñitas imberbes.

A fin de cuentas, debemos analizar el celibato sacerdotal con ojos económicos y no morales. Dice el Freakonomics, y dice muy bien, que la moral nos muestra cómo nos gustaría que funcionara el mundo, pero la economía nos muestra cómo funciona en realidad. Y la verdad es que el celibato sacerdotal funciona como una ley económica que ha traído a la iglesia muchos más beneficios; que el daño que le han hecho unas cuantas acusaciones traperas sobre mocosos manoseados. El celibato siempre ha estado ahí por razón económica, para asegurar los bienes de la Iglesia (así merito, como en tiempos del mismísimo Bomberito Juárez); para quitarse de encima el lastre de las posibles cónyuges y los posibles herederos que quisieran servirse con cuchara grande parte de los bienes de un sacerdote. Más claro, ni el agua.

Ahora bien, si los curas de entrada ya sienten el rigor de la antinaturalidad que se les ha impuesto; y si ya se dan cuenta de que ellos también, oh casualidad, son seres humanos y tienen impulsos sexuales, y si ya están dispuestos a violar la regla del celibato, en forma pública o privada; lo que yo no termino de entender es ésto: ¿por qué no con una mujer adulta? ¿O un hombre adulto, whatever? ¿Hombres o mujeres adultos que ya puedan pensar por sí mismos? ¿De dónde sale la necesidad del abuso, de lo ilegítimo? ¿¿Por qué diablos un niño chico, que no puede todavía discernir en el plano sexual?? ¿Un niño cuya vida puede ser arruinada por un manoseo que tan inocente y libre resultaría entre adultos con consentimiento?...

¡¡¡Ni lo mande Dios!!!



¡¡Miren, acá hay otra buena!!