Es
difícil luchar contra el abuso infantil si viene envuelto en merengue seudobíblico.
Pero cuando circula por ahí una ideología “cristiana” de disciplina infantil
tan horrendamente brutal, que se le asocia con la muerte de al menos tres
niños, algo nos obliga a detenernos y voltear.
Existe
un libro llamado “To Train Up A Child”,
lamentablemente también lo he visto en español, no sé si la traducción del
título sea literal: “Cómo Entrenar A Un Niño”. Ya de entrada la palabra
“entrenar” resulta desagradable; me hace pensar más en un perro que un niño. Los
autores Michael y Debi Pearl (él es pastor cristiano) no muestran timidez alguna
en recomendar a los padres que usen la disciplina física con sus hijos, ¡desde
que son bebés! Pero no a base de tradicionales nalgadas, sino con instrumentos
como cables eléctricos y varas.
Según ellos, la idea es dejarle claro al niño,
desde muy joven, que el padre es más fuerte que él, y así “romper completamente
su voluntad” (de verdad lo dicen) para poder dirigirlos plenamente por el
camino de Dios. Ellos lo llaman “entrenar”, pero honestamente lo que
recomiendan son palizas. Increíble que aún hoy haya gente abogando por estos
tipos de disciplina violenta: dar diez “breves latigazos” a un niño “aún desde antes
de que la desobediencia aparezca”, es decir, a la menor mueca de desagrado, o
por errores plenamente esperables en un niño pequeño.
Ah, pero desde luego que
las golpizas no se dan “con enojo”, sino con calmada alegría y santa paz; para
recordarle al niño que haga lo que haga, su padre no ha perdido el control
(creo que eso me causaría más terror que una golpiza dada “con enojo”). Y juran
que eso crea niños felices, creativos y muy seguros de que sus padres les están
mostrando el camino correcto. De su sitio Web: “el alma del niño siente la
necesidad de sufrir por sus fechorías”. Más alarmante resulta que la página de
Facebook de su Ministerio, “No Greater Joy” (“No Hay Alegría Más Grande”) tiene 15,000 seguidores. 15,000
personas que la policía debería vigilar de cerca, diría yo. Para terminar de
aderezar esto con perlas de fanatismo religioso, Debi escribió un libro
dirigido a mujeres, llamado “Creada Para Ser Su Ayuda”, donde naturalmente
defiende la idea de que la mujer fue creada para ser sólo esposa y mesita del
café. Osama Bin Laden estaría contentísimo.
En
Febrero de 2010, la aplicación de este tipo de castigos extremos llevó a la
niña Lydia Schatz a morir a manos de sus padres adoptivos, tras una golpiza de
varias horas. Los padres eran practicantes del método. Y se cree que Sean
Paddock también perdió la vida pocos años antes, tras un castigo basado en el
mismo libro.
No tengo hijos, y entiendo que deben ser sumamente desesperantes
un rato cada día, pero no entiendo que alguien pueda estar de acuerdo con un
método llamado “entrenamiento” que se basa en “romper la voluntad del niño” a
golpes de cable. Es terrible que hoy en día alguien apoye eso. Afortunadamente
una saludable mayoría de los cristianos de todas denominaciones rechazan estos
libros y métodos, y de hecho afirman que el proverbio bíblico acerca de “guiar
con la vara” se refiere a la vara de un pastor, utilizada para señalar el
camino y no para golpear. Golpear a un niño, con la intención que sea, siempre
le deja el mensaje agregado de que el más fuerte gana por su fuerza. Sin duda
la educación para la paz comienza desde el nacimiento y la infancia más
temprana.
